Juan Carlos Cartagena Licenciado en Computación. Doctor en Biología
Estimado señor Carlos Ominami, he leído su carta dirigida al presidente del Partido Comunista de Chile (PCCh) (1).
Hace usted un recuento de algunas ocasiones en que el PCCh ha debido tomar posiciones de unidad en momentos importantes de la historia reciente chilena. Este recuento es no solo somero, sino que además incompleto y en algunas ocasiones, sin precisar el contexto, inexacto. Veamos porqué.
Inexacto, pues casi sistemáticamente la ausencia de la firma del PCCh en esos acuerdos, apresurados y firmados de noche, no le han ofrecido al PCCh más que la posibilidad de apoyar sin poder incidir. Creo que ni usted lo haría. Justamente aquel del 15/N sirvió, esencialmente, para rescatar al gobierno en perdición de Piñera. Usted sabe perfectamente que no solo así lo entendió le gente de la calle, sino que ahora, hace, y hará cada vez más, la diferencia entre aquellos que remplazaron la Asamblea Constituyente por la Convención Constitucional de aquellos que no lo hicieron. Los firmantes, siendo mayoría en la cámara de diputados, pudieron imponer su negociación con la derecha. Casi el mismo escenario ocurrió en el plebiscito de 1988. La gran diferencia son esos famosos 30 años transcurridos entre los dos eventos, que han terminado por decepcionar a los ciudadanos y desacreditar a los firmantes, gestores y prometedores.
Incompleto, pues ha omitido usted algunos momentos importantes de la vida política nacional que demuestran asaz la voluntad unitaria del PCCh: todas aquellas oportunidades en que el Partido se ha comprometido a votar por candidatos de la Concertación, así como también ha olvidado mencionar la lealtad con la que el Partido sirvió en el gobierno de Michelle Bachelet. Siempre colocando una sola condición: cumplir con los compromisos adquiridos y con los programas comunes.
Usted solicita finalmente al Partido reexaminar su postura en aras de la unidad, sin preguntarse, al parecer, si los otros partidos estarían dispuestos a hacer tan solo una porción de lo que el PCCh ha hecho en ese sentido. A juzgar por las declaraciones de algunos personeros de la coalición llamada Unidad Constituyente, y en particular, la carta enviada por Ignacio Walker a ciertos responsables de ese conglomerado, se desprende que, según sus declaraciones, la unidad no es posible con el PCCh. Walker lo pone claro “es hora de la diferenciación” (2). Siempre hay una excusa: la que está bastante a la moda, en esta temporada, es el apoyo del PCCh al desarrollo de la democracia en Venezuela. Ni siquiera Fuad Chahín se convence a sí mismo con sus argumentos retorcidos, declarando que “tenemos diferencias profundas con el Partido Comunista” (3).
Creo, que sería más sensato de su parte, si busca efectivamente la unidad, y concediendo que no se trata de un mero acto de propaganda y presión de su parte, comenzar a convencer a aquellos que se declaran abiertamente contra la unidad. De otra manera este tipo de actitudes no resultan serias. Y una de las bases de la unidad es ciertamente la seriedad.
Pero no se aflija, aún tiene usted tiempo de redactar un par de cartas a los responsables de conglomerado Unidad Constituyente, solicitándoles que revisen sus posiciones.
Le deseo que tengas felices fiestas.
J.C. Cartagena
Francia, 25 de diciembre de 2020.
Notas: